En cada viaje vas aprendiendo un poquito más de cada sitio, de ti mismo, de los demás, y en general de la propia vida. Una de estas enseñanzas sobre la vida es como desplazarte por el globo de manera práctica y satisfactoria. Los viajes no siempre son divertidos, hay momentos de soledad, momentos donde se pone a prueba tu paciencia, desplazamientos incómodos y en general circunstancias desagradables; es un pequeño precio a pagar en comparación con la experiencia de vida tan valiosa que se atesora cuando viajas.
Para mí lo más valioso de ir de un lugar a otro, es que tu mente se libera de preceptos.
Pensamos que las cosas son así sin cuestionarlas nunca, de repente llegas a un lugar y resulta que es diferente, para mí eso es una experiencia vital necesaria para alcanzar la sabiduría. El ser humano se ancla con demasiada facilidad a lo que cree que es. Y esto es una cadena más que te sujeta, te amarra, te impide desarrollarte plenamente, y por lo tanto, te impide alcanzar la felicidad.
La primera vez que estuve en México me di cuenta de esto de una forma curiosa, me sorprendió mucho cuando entre a un servicio donde había un cartel enorme que ponía; - “Por favor tire el papel higiénico a la taza del inodoro”, yo pensé; - “Y donde lo voy a tirar si no...” “No me lo voy a llevar a casa”. Después me enteré que es muy normal en México y otras partes de Latinoamérica que el papel se tire en cubos de basura dispuesto para este propósito; ya que las tuberías pueden atascarse. Solo las que son relativamente modernas, pueden desalojar el papel sin peligro de atasco. Para mí que solo conocía España y Europa era algo que nunca se me había pasado por la cabeza, me reí mucho de mí mismo cada vez que me acordaba del cartel que me sorprendió. Pequeñas e insignificantes lecciones como esta te van enseñando que las cosas no tienen por qué ser como tú das por sentado que son.
(Imagen: Ciudad de México) A veces puedes ver en otras personas ciertas actitudes que te pueden hacer reflexionar sobre ti mismo, sobre el ser humano en general. En Argentina un taxista inolvidable me llevo hasta mi hotel, el hombre no debería ser muy mayor, sin embargo le faltaban muchos dientes, tenía el cabello largo pero prácticamente sin pelo, lo cual era un combinación horrorosa. Su asiento lo tenía lo más atrás que el vehículo le permitía y aún así, su barriga rozaba el volante, el diámetro de su panza era enorme. Entre las piernas le colgaba parte de la misma por encima de lo que sería la zona genital como un especie de apéndice fofo, las piernas las tenía en rotación externa, es decir con la punta de los pies mirando hacia fuera, para permitir a este balón colgar entre sus muslos.
Nuestra conversación empezó cuando le pedí que quitara el aire acondicionado, el lo hizo amablemente y me explico que en su anterior viaje también lo tuvo que quitar porque la chica que había llevado no se encontraba bien. Algo le había sentado mal en el estomago. Entonces me empezó a explicar que a él jamás le había sentado nada mal, que comía para cenar: su queso, su salami, su jamón, su chorizo, su panceta, su barra de pan y tres cuartos de vino, y luego naturalmente la cena, un asado o lo que tocara con otra botellita de vino y otra barra pan. Después el postre naturalmente. Y que jamás le había hecho daño nada de lo que comía y que tenía una salud de hierro... Después me dijo, que ahora acaba de empezar a cuidar su alimentación, pero que todo le sentaba mal, que eso de comer “verduritas” le estaba matando...
Anécdotas como estas tengo muchas, como cualquier viajero tendrá las suyas. Además de estas experiencias y otras tan valiosas, el “sentido Willy Fox” se despierta cuando viajas, y empiezas a tomar ciertas precauciones, algunas las voy a compartir aquí.
Empecemos por lo más básico, en los viajes internacionales debes de estar siempre con 2 o 3 horas de antelación en el aeropuerto, en los nacionales una hora y media. Lo mejor es hacer el viaje con ropa cómoda, tal vez hace 20 años fuera glamuroso montar en avión y la ocasión requería de ir vestido de manera más formal, pero actualmente no creo que sea necesario tal formalismo, especialmente si es a costa de la comodidad. Incluso si eres un hombre de negocios lo más probable es que antes de nada, vallas al hotel a dejas las maletas, por lo que también en estos casos, puedes realizar el viaje vestido de una forma agradable y saludable para tu cuerpo.
La ropa cómoda no debe ser excesivamente holgada, especialmente si viajamos (o hacemos escala) en Estados Unidos, ya que las medidas de seguridad de este país, completamente paranoicas y sin ningún tipo de respeto por los pasajeros; obliga a los agentes de seguridad a cachear de manera minuciosa cualquier persona vestida de tal manera que pudiera esconder algo entre su ropa.
Cuando aterrizas e ingresas por migración es mejor dar el nombre del hotel o la dirección donde te vas a hospedar, en caso de que no dispongas de ningún sitio, mira por internet y da el nombre de algún hotel cercano al aeropuerto. Esto te puede ahorrar problemas. En Colombia me retuvieron durante un tiempo porque no di ninguna dirección dónde hospedarme, mi plan era echar un vistazo primero a los hoteles y después elegir uno. Pero esto no les convenció a los muchachos del aeropuerto. Por lo tanto es mejor tener esto preparado.
Hay que tener en cuenta que cuando entras y sales de tu destino, no siempre tienes que hacerlo por el mismo aeropuerto (suponiendo que la ciudad tenga varios aeropuertos) por el que has entrado, por lo tanto siempre hay que revisar el itinerario. Esto parece muy obvio, pero conozco de forma muy allegada el caso de una persona que perdió su vuelo por este motivo.
(Imagen: Selva de Colombia) En las maletas que factures si puedes evitarlo no lleves nada de valor dentro (especialmente dinero.). En los rayos “x” se ve todo con claridad cristalina y los candados no protegen en absoluto ante el hurto: con un simple portaminas se puede abrir la cremallera de una maleta en menos de 10 segundos ignorando por completo el candado y luego volver a dejarlo como estaba.
En cualquier caso lo mejor será plastificar las maletas en el aeropuerto, por aproximadamente 10 dólares proteges el contenido de tu maleta, además es frecuente que también te añadan un seguro en caso de robo o daño de la misma (a veces este seguro cubre más cosas como perdida del pasaporte.). El plástico también impide que la maleta se manche y se roce durante el trayecto, (y recuerda que son muy maltratadas por los mozos de carga.). Cuando son varias maletas puede parecer peor inversión, podemos pensar que 40 o 50 dólares es un dinero que nos podemos ahorrar y que seguramente no pase nada, pero es mejor mirar el coste por separado; y 10 dólares por proteger todo lo que llevas en la maleta y a la misma es un precio que os aseguro vale la pena pagar. En Colombia me rompieron una maleta, me la mancharon, me quitaron el candado y me robaron un reloj que llevaba dentro, el reloj era muy valioso y tuve que cargar con una maleta muy pesada sin una rueda, lo cual complicaba bastante el trasporte. Con lo que costó el reloj podría pagar durante el resto de mi vida todos los embalajes de todas las maletas que llevara.
Cuando bajas del avión siempre hay un montón de taxistas esperando a los clientes y amablemente te ayudarán con tus maletas al menor descuido, estos taxistas te cobran aproximadamente el doble del valor que deberías pagar por el desplazamiento, a veces incluso cuatro veces más. En muchos sitios estos taxistas tienen que pagar una cuota por entrar y salir de aeropuerto, o por pertenecer de alguna manera a este complejo, los aeropuertos también recomiendan usar solo estos servicios por seguridad: durante la estancia en el país seguramente tengas que coger varios taxis y ninguno estará bajo la “protección” del aeropuerto, por lo que el argumento de la seguridad me parece una mala excusa.
Lo recomendable, salvo que no te importe pagar más o no tengas más remedio (por el emplazamiento del aeropuerto), es coger un carrito para poder trasportar las maletas, abandonar el aeropuerto hasta la salida (muchas veces no hace falta llegar tan lejos), y allí mismo parar un taxi normal de los que pasan por la zona.
Siempre antes de tomar un taxi hay que preguntar por el coste, incluso aunque sea un país donde usen el taxímetro, es recomendable preguntar primero para evitar malos entendidos. Informarse también si hay peajes en el recorrido y pactar quien debe pagarlos, lo mejor es después de acordar un precio comentar el tema de los peajes y en caso de haberlos que los asuma el conductor. Muchas veces hay que regatear y estar dispuesto a esperar otro taxi si crees que puedes conseguir un mejor precio. Aunque si estas cansado del viaje puede que prefieras intentar llegar lo antes posible aunque tengas que pagar un poco más.
(Imagen: Barrio del color. Buenos Aires) Una vez llegues al hotel donde te vas a hospedar, si llevas varias maletas, déjalas todas dentro de la recepción del hotel y a buen recaudo antes de pagar al taxista. Primero las sacas del taxi sin despegarte del mismo, y una vez estén todas fuera, las dejas dentro del hotel. No tengas prisa por pagar al taxista porque podrá esperar un par de minutos. Después con las maletas aseguradas le podrás abonar lo que corresponda. La gran mayoría de taxistas son personas honradas que además nos podrán ayudar mucho en algunas circunstancias dentro de nuestro viaje; pero es mejor ser precavido porque en todas las cestas de fruta siempre puede haber una podrida.
En algunos países existen compañías de taxis, y conductores por libre que ofrecen sus servicios. Pueden tener algún cartel con la palabra “taxi” pero son conductores autónomos, los taxis de verdad tienen el nombre y el número de teléfono de la compañía a la que pertenecen, es mejor siempre tomar un taxi de una compañía. Si le pides al hotel que te llame a un taxi, ellos se pondrán en contacto con una compañía de su confianza. Si puedes indicar cuál será tu trayecto por teléfono mejor, ya que de esta forma la compañía te informará de cuál será el precio que tendrás que pagar, y podrás evitar que conductores maliciosos intenten sacarse un extra con tu paseo. Siempre es bueno, y ahora con el google map ya no hay excusas, de explicar al conductor exactamente donde queremos ir, dando el nombre de las calles cercanas del lugar donde vamos. Hay un refrán español que dice; - “así te veo, así te trato”. Y es mejor que vean que tenemos una idea aproximada de la zona.
Es preferible cambiar lo mínimo en el aeropuerto, ya que el cambio es muy desfavorable, mi opinión es que no debes cambiar más de lo equivalente a 50 dólares, salvo que no te importe perder con el cambio, vallas a un lugar donde sepas de antemano que no puedes cambiar (deberías haber cambiado ya entonces antes de llegar al país o a la zona), o tengas más gastos como por ejemplo pagar la primera noche de hospedaje en el momento de llegar al hotel.
Normalmente suele haber zonas en la ciudad donde se aglutinan las casas de cambio, una vez has dejado las maletas y has descansado, es el primer sitio al que tienes que ir. Pregunta siempre en varias casas antes de decidirte, ya que siempre hay alguna con mejor cambio, y pide siempre que te sellen cada billete, de esta forma si resulta ser falso podrás reclamar a la casa. En la calle, en muchos países, pueden encontrar tipos que te ofrecen cambiar, su propuesta de cambio suele ser más favorable que la de las casas de cambio, sin embargo su negocio consiste en darte billetes falsos, desaparecer con tu dinero si tienen ocasión, o mientras haces el negocio y sin que te des cuenta, que un segundo tipo te quite la cartera. No cambies nunca en la calle.
Desgraciadamente las casas de cambio de muchos lugares de Latinoamérica son tan poco fiables como la propia calle. Muchas usan el viejo truco de contar minuciosamente los billetes que te van a cambiar delante de ti, dos veces (para ganar tu confianza), y en la segunda; después de haber contado sustraer alguno de los mismos. Por lo tanto una vez que tengas los billetes en tu mano y sin moverte del lugar, vuelve a contar despacio sin que ninguna persona se acerque lo más mínimo a tu dinero. Al salir ten controlada la cartera, preferiblemente teniéndola en contacto con tu mano, y evita que nadie “accidentalmente” se tropiece contigo.
(Imagen: Playa República Dominicana) Cuando te hospedas es recomendable no pagar por adelantado los días que te vayas a quedar, de esta manera si hay algún problema, puedes abonar lo que corresponda y tomar otro hotel. Por ejemplo hoteles con servicio wi-fi que luego resulta que la señal solo alcanza a ciertas habitaciones, es algo muy común. Pregunta si está incluido el desayuno, a qué hora lo sirven y donde lo puedes tomar, porque en algunos sitios omiten esa información; Obviamente para su provecho. Es buena idea llevar siempre en la maleta mata mosquitos (mata zancudos), y un espray repelente de picaduras. Por supuesto y aunque te aseguren que el hotel es seguro, siempre que abandones la habitación deja tus cosas de valor en la maleta con el candado puesto y la llave en tu poder. En algunos hospedajes una pequeña cadena es de mucha utilidad para asegurarte de que nadie tendrá la tentación de apoderarse de tus cosas, porque como he comentado antes, el candado por sí solo no resulta muy eficaz. Obviamente en un hotel de lujo no tendrás que preocuparte por estas cosas, en cualquier otro tipo de hotel considerado normal, si. Y cuanto menos presupuesto asignes al hotel es mejor que más precavido seas.
Es buena idea llevar un rollo de esparadrapo, de ese que se puede cortar con la mano fácilmente, el motivo principal es para sellar bien los botes que contengan algo que se pueda salir, como crema, champú, etc. Además mi experiencia me ha demostrado que resulta muy útil para diferentes cosas: anclar bien un enchufe a su toma de corriente, envolver junto con papel de periódico algún recuerdo, cubrir alguna rozadura de zapato, y un largo etc.
Cuando abandonamos el país, debemos cambiar el dinero que todavía conservemos. Cuando cambies asegúrate de quedarte con unos cuantos dólares. Siempre es bueno quedarse con algunos dólares en el bolsillo por si tenemos algún capricho dentro del aeropuerto; como un refresco o algo de comer. Quedarse con monedas e incluso con billetes del país donde hemos estado es mala idea, ya que luego cuando estemos en nuestro siguiente destino es muy probable que no lo podamos cambiar, especialmente las monedas que muchas casas de cambio no trabajan con ellas. Así que lo mejor es deshacernos completamente de todo el dinero del lugar donde hemos estado y disponer siempre de unos cuantos dólares a la mano.
La cantidad de dólares que tienes que llevar deberían ser 20 o 30 más el impuesto que tengas que pagar. Estos impuestos se abonan antes de embarcar, no en todos los sitios tienes que pagar y el impuesto varía mucho de un lugar a otro; aproximadamente me podría aventurar a decir que la media son 30 dólares.
En todos los aeropuertos puedes pagar tanto con la moneda del país como con los populares dólares americanos, y además en el siguiente destino podrás seguir pagando en dólares, por lo que deshazte de todo el dinero del país y quédate con dólares es lo más sensato.
Una muy buena inversión es adquirir una almohada cervical de viaje (pero no la compres dentro del aeropuerto), evita dolores de cuello innecesarios.
Un adaptador de corriente en el equipaje de mano te permitirá conectar tu portátil (teléfono, psp, etc.) mientras esperas para tomar tu vuelo, hay adaptadores por unos 10 o 15 dólares que tienen diferentes clavijas intercambiables para cualquier tipo de toma.
Un bolígrafo contigo te servirá para rellenar las tarjetas migratorias que tendrás que completar para poder entrar al país.
Guarda todos los papeles que te den hasta que salgas del país, no te supondrá nada retenerlos y en algunos casos te pueden servir, especialmente el registro de entrada, ya que es necesario presentarlo a la salida; en caso de no tenerlo te pueden hacer pagar una multa.
Una bolsa con fruta en el equipaje de mano (y un poco de chocolate negro) puedes agradecerlos infinitamente. Las comidas que ponen durante los viajes, están basadas en la sacro santa proteína animal, las ensaladas que ponen, aparte de ser de un tamaño ridículo tienen un sabor horrible, en general incluso aunque la carne este dentro de tu menú, comer la comida “tan de plástico” que te ponen en los vuelos, me parece una mala idea. Creo que es una buena excusa para aprovechar y comer ligero, nos limpiara por dentro, y los viajes largos con tantas horas sentados no son buenos para el cuerpo; así que aliviar la carga del estomago por ese día será una buena manera de recompensar a nuestro organismo.
(Imagen: La ciudad perdida. Cuzco) Será necesario que te hidrates bien, así que consume bastante agua o zumo, esto también aliviará la posible sensación de hambre y te obligará a levantarte más veces para ir al baño, lo cual será muy bueno; yo siempre me dirijo al baño que se encuentra más lejos de donde estoy sentado para andar un poquito más.
Los viajes por trasporte terrestre se merecerían su propia entrada y tal vez más adelante lo haga. Pero no me gustaría dejar pasar la oportunidad de comentar un dato a tener en cuenta cuando viajamos de esta manera. En Perú (desconozco si en otras partes de Latinoamérica, pero es muy probable) hay algunas mafias que se dedican al robo de pasajeros, especialmente turistas. El método suele ser hacerte consumir algo, como una fruta, una bebida, etc. con alguna droga para hacerte dormir. El cebo suele ser alguna chica coqueta que se sienta a nuestro lado y nos ofrece el alimento una vez se ha emprendido una amigable conversación. Una vez dormido te roban todo lo que tienes encima y la propia bolsa de equipaje. No conozco a nadie que le haya sucedido esto, pero si conozco el caso de un español amigo mío que sufrió un secuestro express. Por lo tanto es mejor ser precavido con quien se acerca a nosotros.
Cuando te mueves por lugares potencialmente inseguros, es mejor estar cauteloso sin que por ello dejemos de disfrutar de la gente maravillosa que te encuentras, de la magia del lugar y la experiencia del viaje.
Una cosa muy importante en todos nuestros viajes es no perder nuestro buen humor por cosas que podríamos evitar por un coste mínimo, en general siempre busco pagar lo que es justo y no caer en gastos innecesarios, pero nunca dejo que mi humor se ve afectado por unos cuantos dólares. Si puedes evitar cualquier problema hazlo, será un dinero muy bien invertido. Si alguno de tus planes no sale como esperabas asúmelo con optimismo, piensa que el viaje no será peor ni mejor, simplemente diferente a como lo habías planeado.
Yo no soy un experto en viajes, y esta información se podría ampliar y mejorar mucho más. El lector tampoco debe perder de vista que estoy hablando en base a mis experiencias por Latinoamérica (y alguna escala en Houston, Estados Unidos.). Por lo que tal vez para viajar por Asia, África o cualquier otro lugar, haya que tener en cuenta otros factores. Aún así espero que sea de ayuda y tal vez, como motivación para empezar a programar vuestros próximos desplazamientos.
Viajar es una gran experiencia y es parte del camino de realización personal que bajo mi opinión, debería cultivar todo ser humano. Por lo tanto en lugar de leer sobre viajes: ¡Empieza a viajar!
Rubén B Soto
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3 comentarios:
muy buen articulo brother, otro consejo que daria yo seria de nuestro refranero(muy bueno por cierto) alla donde fueres, haz lo que vieres, vamos k hay k mimetizarse y disfrutar de nuestro dnuevo destino, un abraz. frenchy82
Muy sabias y acertadas esas palabras, de como muy bien tú dices nuestro buen refranero Español. Así que espero que muy pronto te lances hacer viajes por todo el globo. Un abrazote¡¡¡
Leido con provecho
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