Sin embargo hay una parte inseparable al acto de dormir que ha quedado en nuestros días relegada al olvido, ignorada por el gran público y por los especialistas, ya que estos tampoco hacen la labor educativa para hacer que esta situación cambie. Y que sin embargo es un parte muy importante para conseguir el descanso deseado.
Los estiramientos en la cama, nada más despertarnos, han pasado hoy en día al plano de la mala educación, o del olvido.
El ser humano se ha inspirado desde hace milenios en la naturaleza y en los animales para seguir avanzando, para construir maquinas o perfeccionar sus diseños, y a día de hoy lo sigue haciendo, buena prueba de ello es la robótica más puntera de la actualidad. Todos hemos visto como los animales nada más despertar, estiran todo su cuerpo. Y todos sabemos que los animales mantienen una alta capacidad dinámica cuanto tiempo es normal según su especie, salvo casos raros producidos por la alteración de la mano del hombre en su estilo de vida. Buena parte de la culpa de que sean capaces de mantener una alta capacidad dinámica durante la mayor parte de su vida, se debe a que estiran toda su musculatura regularmente, y lo hacen después de un descanso, que es el momento en que más lo necesitan.
Sería muy inteligente seguir aprendiendo de los animales, o mejor dicho no olvidando lo que ya nos enseñaron. Muchas personas se levantan entumecidas de la cama, o incluso con pequeñas molestias que van desapareciendo durante el día. Esto se debe a que inevitablemente durante el sueño se producen posturas dañinas para nuestro cuerpo. Y digo inevitable porque salvo que se durmiese en algún espacio flotante sin gravedad esto siempre se va ha producir.
Dormir boca arriba suele producir tensión en la musculatura de la espalda (aunque es la más recomendable de las posturas, y añadiendo un cojín debajo de las rodillas esta tensión puede desaparecer), dormir de costado suele producir tensión en la zona deltopectoral (la unión entre el pecho y el hombro) y en el complejo del hombro; y dormir boca abajo suele producir molestias en el cuello. Y esto suponiendo que la postura elegida sea “pura” ya que si duermes boca arriba pero lo haces con la cabeza inclinada hacia la derecha o la izquierda, no solamente podrás sufrir tensión en la espalda si no también en el cuello, y esto se aplica obviamente a las demás posturas. Todo terapeuta físico sabe que cualquier tensión muscular por el efecto de la compensación y a través de las cadenas musculares, afectan a todo el cuerpo, y que una mola postura en una parte del cuerpo puede afectar a la larga a otra completamente opuesta y distal.
Por otro lado, el cuerpo no esta diseñado para permanecer tantas horas en una misma posición sin moverse. Por lo que de manera natural durante la noche cambiamos de postura, esto mejora el sistema circulatorio y alivia la posible tensión que se pueda estar produciendo en una zona, para trasladarla a otra, lo cual es bueno y necesario. Sin embargo por este motivo perdemos el control postural, acabando en posturas dañinas o menos equilibradas de lo que nos gustaría, y convierte en imposible el controlar en que posición voy a dormir para evitar esas posibles tensiones.
Por lo tanto, si de manera inevitable el cuerpo acumula tensión en algunas zonas al dormir, y esta situación escapa a nuestro control precisamente por estar dormidos. Lo único que podemos hacer es estirarnos nada más despertarnos.
En la propia cama sin salir de ella, deberíamos hacer los primeros movimientos para desentumecer el cuerpo, no olvidando la cara, ya que los típicos bostezos y movimientos gestuales son un poderoso aliado para relajar y acondicionar nuestra musculatura facial, la cual esta sometida durante todo el día a miles de gestos sin que nos demos cuenta. Después de salir de la cama deberías continuar con aquellos movimientos que no podamos hacer dentro de la misma, aliviando nuestro organismo de las horas que ha permanecido inactivo, de las posibles tensiones acumuladas y preparándolo para la siguiente jornada de actividad que le espera.
No voy a incluir una serie de estiramientos ya que lo considero erróneo, cada persona debería escuchar a su cuerpo y estirar cada día según le indique su intuición, algunos días necesitará estirar más unas partes que otras, y lo hará además de manera diferente, comprometiendo distintas cadenas musculares.
Mi idea es que los estiramientos matinales deberían responden a la intuición en lugar de a una serie elaborada previamente, incluso si desconoces como estirar, no te preocupes, haz los movimientos que tu cuerpo te pida, aprovecha que todavía estas en un estado mental intermedio entre el sueño y la vigilia para conectarte con la sabiduría de tu cuerpo y simplemente déjate llevar. Mis estiramientos matinales son movimientos naturales que surgen en el preciso instante que los requiero, y no tienen nada que ver con las series de estiramientos que ejecuto en otros momentos del día. Simplemente haz lo que tu cuerpo te pida.
Realizar una serie estructura, incluso aunque ya este memorizada, resulta un impedimento para el periodo de adaptación de la mente, ya que esta también necesita adaptarse a la nueva situación, y requerirla de forma tan inmediata es una forma de causarle estrés y de perderte unas sensaciones muy agradables al no conectar contigo mismo. Por otro lado los estiramientos que vamos a realizar no solo comprometen al cuerpo físico, si no al cuerpo emocional y energético, ya que no se puede trabajar sobre uno sin afectar a los otros, razón de más para olvidarnos de rutinas preestablecidas y simplemente dejarnos llevar escuchando lo que nuestro cuerpo nos pide.
Estos principios los podemos trasladar también fuera del dormitorio al resto del día. Cuando tu cuerpo te pida estirar, escúchalo por favor, te hará más bien del que imaginas.
Si estas trabajando y no puedes estirarte como quisieras, aprovecha la situación y crea una ventaja en lugar de un inconveniente, levántate al servicio, bebe un poquito de agua, y estírate sin reparos en la intimidad, así te habrás hidratado, habrás activado la circulación de las piernas y además te habrás estirado correctamente.
Realizar estiramientos matutinos (o siempre que te despiertes, ya sea de una siesta o una cabezadita) deberíamos verlo como una parte inseparable del propio sueño reparador, igual que acomodas la postura antes de dormir, deberíamos acomodar nuestra musculatura al nuevo ciclo de actividad que le espera, y a la vez desentumecerla por haber permanecido inactiva y en ciertas posiciones que le producen tensión durante el tiempo de nuestro sueño. Es una forma de mantener la salud y de sentirte mejor y solo te llevara un par de minutos al día. Si además escuchas tu cuerpo y te permites a ti mismo, la libertad de estirarte cuando tu cuerpo sabiamente te lo pida, será mucho mejor, y de forma silenciosa pero muy poderosa incidirá en tu salud y en tu bienestar.
Rubén B Soto
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2 comentarios:
Todo es cuestión de una pequeña disciplina todas las mañanas. Yo lo he probado hoy y he notado resultados inmediatamente, el dolor de mis lesiones es menor durante todo el día. Sólo es acostumbrarse. ¡Hay que vencer la pereza y el cuerpo lo agradecerá!
Me alegro mucho que lo pongas en práctica y más aún que te sea tan útil. En realidad todo aquello que necesitamos lo podemos intuir de manera natural, ya que nuestro cuerpo es muy sabio, tan solo hace falta saber escucharlo.
Un abrazo.
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